martes, 3 de julio de 2012



MORBO

Por fin las cuatro. Hora de echar el cierre al curro. Mañana será otro día. 
Me dispongo a salir y ya desde la ventana observo una gran nube negra coronando el cielo que nos cubre. Escucho como la gente alrededor se lamenta.
- Hay un incendio cerca de aquí -comenta uno.
-Dicen que son los coches del parque del Cid- expone otro.
Se escucha el ulular del inconfundible coche de bomberos en la lejanía primero, en la medianía después y unos segundos más tarde en la cercanía. Un nauseabundo olor metálico inunda mis pituitarias mientras pienso que lo más apropiado es alejarse de la zona más pronto que tarde por si acaso.. 
Avanzo deprisita presa  de una angustia de difícil explicación, pero de fácil sentimiento. Después de unos minutos consigo alcanzar mi coche y con mano temblorosa aprieto el botoncito de la apertura mientras casi a la vez me aposento enfrente del volante. Al cerrar la puerta siento una sensación de pueril seguridad. Arranco y salgo a toda mecha por la dirección que a diario utilizo y cual será mi sorpresa que a medida que conduzco me voy acercando al meollo del asunto. Empiezo a ver coches semiaparcados, gente amontonándose, policías gestionando el caos y en ese momento noto como mi miedo desaparece por completo de tal modo que  hasta elucubro que esa podría pasar a ser la atracción de la tarde que aún me queda por gastar y que así a priori se presentaba aburridilla. Pienso en las decenas de personas que allí están pasándoselo pipa, llegando a deshora a sus trabajos de la tarde, a buscar a sus hijos a las guardes, a los coles, a las actividades extraescolares, padres seniles en los centros de día esperando, tiendas sin abrir, clases en la facultad, privadas o de idiomas todas ellas ya perdidas, cambios de turnos en el hospital al carajo, el café de las cuatro y cuarto tendrá que ser ya el de las cinco menos cuarto con el consiguiente riesgo de insomnio nocturno por pasarse de la hora.
Definitivamente tiene que merecer la pena aparcar y ponerse a observar el desastre que estaba ocasionando el fuego en esos pobres coches aparcados, las caras de disgusto de sus dueños,  la policía en acción y ...¿qué me dicen de los bomberos?, se salen. Tanta gente no puede estar equivocada. 
Pienso en tomar unas fotos con mi magnífico smartfhone de recién estreno y colgarlas en facebook esa misma noche. Seguro que tendré unos cuantos "me gusta". A la gente nos gustan estas cosas así.
Busco sitio por todos los lados. Todo ocupado. Me alejo con pesar del escenario mayor pero nada, sigue sin haber plaza para mi y mi coche. Todo lleno. Sigo y sigo y ...nada. Es la primera vez que me pesa tanto el doscientoscinco. Imposible de aparcar.
Me entra una rabia espantosa y retrocedo por el carril de vuelta que la poli a duras penas consigue mantener despejado y en un subidón de aquí te espero bajo la ventanilla y grito voz en alto:
-Morbosos, que sois todos unos auténticos morbosos...

2 comentarios:

  1. Lo siento, haber llegado antes. Yo estaba allí, con mi familia, decenas de amigos a los que había avisado... Esta noche cuelgo las fotos en mi face, y seré yo quien se lleve los "me gusta".
    La ventaja es que mi trabajo acaba a las tres.
    Un abrazo (morbosillo)

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  2. Se desata la guerra de los "me gusta". A por todas...Un abrazo Amando.

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