La inevitable anti intimidad de un autobús de provincia
... vengo del médico - explica una mujer de mediana edad a su compañera de asiento.
_ ¿Y eso?, ¿estás mala Vincen?
Algo me anda, no sé. Yo siempre he sido delicada de estómago, pero hace ya un tiempo que me da unos torzones que ^pa que^ cada vez que como, y eso que, a este paso, como el espíritu de la golosina me voy a ver, que no meto casi nada por miedo a después...
_ A lo mejor es por eso, te rezonga de hambre...
_ A la carnicería ya es que casi ni me asomo - la mujer prosigue sin escuchar apenas a su interlocutora- ver si por unos filetes de cadera, muy de vez en cuando, o a por chichas que no piquen, pura gula hija, porque bien contento que se pone el Roque cuando le van las sobras, que no son sobras porque es casi todo el cuarto y mitad que compro ...
_ Pues la próxima, cómprate solo media, que tu perro está bien frondoso y ya ni ladrar puede de gordo que lo tienes.
_ Para gordo Aurelio. El otro día iba delante mio y hay que ver lo que cargó. Dos de chuletas, una corra de chorizo picante, una sesada, y dos de callos de libro y morro; ¡cómo para no estar como un fudre!, y eso que me dijeron que ya le había dado un aviso, pero él, nada, a la carnaza, si es que de donde no hay ...
... autobusero, ¿nos apea cerca de Bercianos o tenemos que patear hasta allí? - pregunta mi adolecida protagonista.
El conductor del autobús les informa de que la parada oficial estipulada es la de Santa María y ninguna otra, y que tendrán que buscarse otro medio alternativo para llegar a su destino final.
En tanto que la ruta prosigue, la señora delicada de estómago continua con su retaíla de dolores, médicos, condumios, y tripeos varios.
Llegados al destino y viendo el conductor que ambas proceden prestas a bajar del vehículo, les remata la conversación con un:
_ ¿Y eso?, ¿estás mala Vincen?
Algo me anda, no sé. Yo siempre he sido delicada de estómago, pero hace ya un tiempo que me da unos torzones que ^pa que^ cada vez que como, y eso que, a este paso, como el espíritu de la golosina me voy a ver, que no meto casi nada por miedo a después...
_ A lo mejor es por eso, te rezonga de hambre...
_ A la carnicería ya es que casi ni me asomo - la mujer prosigue sin escuchar apenas a su interlocutora- ver si por unos filetes de cadera, muy de vez en cuando, o a por chichas que no piquen, pura gula hija, porque bien contento que se pone el Roque cuando le van las sobras, que no son sobras porque es casi todo el cuarto y mitad que compro ...
_ Pues la próxima, cómprate solo media, que tu perro está bien frondoso y ya ni ladrar puede de gordo que lo tienes.
_ Para gordo Aurelio. El otro día iba delante mio y hay que ver lo que cargó. Dos de chuletas, una corra de chorizo picante, una sesada, y dos de callos de libro y morro; ¡cómo para no estar como un fudre!, y eso que me dijeron que ya le había dado un aviso, pero él, nada, a la carnaza, si es que de donde no hay ...
... autobusero, ¿nos apea cerca de Bercianos o tenemos que patear hasta allí? - pregunta mi adolecida protagonista.
El conductor del autobús les informa de que la parada oficial estipulada es la de Santa María y ninguna otra, y que tendrán que buscarse otro medio alternativo para llegar a su destino final.
En tanto que la ruta prosigue, la señora delicada de estómago continua con su retaíla de dolores, médicos, condumios, y tripeos varios.
Llegados al destino y viendo el conductor que ambas proceden prestas a bajar del vehículo, les remata la conversación con un:
¡Hala señoras, ligericas, que ^vos^ queda un buen cacho hasta Bercianos; ya veréis como así no os huelgan las ganas de comer ...